La WWE estalla por el escándalo de Vince McMahon y Brock Lesnar
Vince McMahon, presidente de la compañía, renuncia a su cargo tras un escándalo sexual. La empresa, dedicada a la lucha libre, ha pasado de ser una propuesta familiar a verse en el ojo del huracán tras la denuncia de una extrabajadora.
Janel Grant ha denunciado que tanto McMahon como John Laurinaitis le sometían a explotación sexual. Ella comenzó cobrando 100 000 dólares y a las pocas semanas le doblaron el sueldo. A cambio, la obligaron a mantener relaciones con ellos. Grant incluso comenta cómo McMahon defecó encima de su cuerpo para demostrarle su poder.
Durante los encuentros, McMahon fotografió a Grant y le avisó de que iba a filtrar sus imágenes a Internet. Esta situación provocó que la demandante se viera atrapada. Vince seguía obligando a Grant a que mantuviera relaciones con todos los directivos de la empresa. En el caso de McMahon, en 2022 pagó tres millones de dólares a otra empleada para que retirase su demanda.
Grant no parece que vaya a morder el anzuelo tan fácilmente. Es más, también implica al luchador Brock Lesnar, que iba a ser el protagonista de Royal Rumble con su regreso y victoria, que, al parecer, le solicitó vídeos íntimos y una cita a solas, aunque él está casado con la exluchadora Sable.
La renuncia de McMahon se produjo hace unas horas. Su hija Stephanie se queda al frente de la WWE y ya ha declarado que «me comprometo a hacer todo lo que esté en mi poder para ayudar a la investigación. Quiero que se realice una investigación en su totalidad y les voy a facilitar su labor ofreciéndoles mi apoyo. Deseo que la WWE sea un lugar seguro para trabajar». Esperemos que así sea.
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