La última cena, el nuevo mamarracho de Telecinco

La última cena se estrenaba ayer confirmando que a Telecinco solo van los que allí trabajan y que las ideas de los guionistas están totalmente agotadas. El programa no deja de ser un refrito de La cocina del infierno, pero con el máximo protagonismo de Jorge Javier Vázquez.

Fue este el que se presentó con un traje negro de lentejuelas y con un dantesco número musical. Posteriormente, Sergi Arola y Begoña Rodrigo dieron el máximo como profesionales de la cocina, pero tenían que luchar contra los elementos, el chafarderío y el odio entre los comensales.

Para darle más gracia al asunto, o eso pensarían en la cadena, a Nuria Marín la sentaron entre los dos lavabos del baño para entrevistar a los invitados que quisieran desahogarse. Jamás sus declaraciones estuvieron tan cerca de su destino final.

Al programa se le veían las costuras por todas partes. Ni había guión, ni los invitados sabían qué iban a comer, ni había coordinación entre Lydia Lozano y Kiko Matamoros, ni nada de nada.

Nos recordó a los programas de las primeras televisiones locales en los que había que rellenar el tiempo de cualquier forma, pero aburriendo, de forma definitiva y letal, al espectador.

Lydia Lozano recibió un mensaje de Charly en el que le instaba a dejar de ser una borde. Kiko Matamoros puso de cabestra a Marta López tras un comentario similar por parte de ella. Marta López Álamo, novia de Kiko, comentaba en Instagram lo bien que se lo estaba pasando y así todo.

Además, la ausencia casi total de anunciantes confirma que el formato va a ser la famosa transición a la final de Supervivientes por lo que es de esperar que sigan emitiendo semejante engendro para que los colaboradores de Sálvame se terminen matando mientras hacen el ridículo más espantoso. Igual, el nombre es premonitorio y nos podemos librar de esta piara en breve.

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