La última cena de Nochebuena, tan dantesca como prescindible
Si ya por la tarde en Sálvame intentaron imitar a Mask Singer, lo de la última cena grabada fue totalmente prescindible. Comenzaba el señor Vázquez desafinando como un becerro e imitando a Raphael en la medida de lo posible. Vestido como el genial presentador del Teatro Chino de la inolvidable Manolita Chen, le iba dando paso a los invitados por un corredor engalanado para la ocasión con una cortina y tres luces.
Participaban en la propuesta Paz Padilla, que confirmó que no puede ni ver al antedicho, Santiago Segura, que pasaba por allí, Toñi Moreno, simpática, y una María del Monte con una mano izquierda impresionante que se pasó al personal por donde la esponja, que cantó y bailó todo lo que quiso.
Lo malo del caso es que Vázquez en lugar de presentador apostó por ser el protagonista y el director de orquesta. Siempre nos ha sorprendido que tengan que ser los demás, como una María Patiño con varias copas de más, los que se tengan que disfrazar de pavo, bailar o hacer el indio mientras él se ríe a carcajadas como cuando le hicieron una foto al borde del coma etílico.
Pero es así, o quizá no. Paz Padilla fue histriónica, pero mantuvo siempre la compostura. Segura tampoco se pasó de vueltas y el resto del personal se mantuvo en su lugar salvo Lozano que, como siempre, se marcó unos bailes sin salirse del guión.
En definitiva, si bien se agradece que en lugar de poner algo grabado se emita algo nuevo, lo que no es demasiado lógico es que todo el poder de la cadena se base en los mismos personajes de siempre que están ya totalmente trillados. De ti depende que conozcamos tu opinión sobre lo visto ayer.
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