Terelu Campos y su nueva amenaza a la dirección de Supervivientes
Terelu Campos sigue pensando que ha ido a Supervivientes a tomar el sol y a dárselas de pobrecita, pero sus compañeros ya le han calado. Ella amenaza con irse.
Alegar que tuvo un cáncer o su edad ya no le sirve como excusa. Koldo Royo es mayor que ella, también ha superado la mencionada enfermedad e intenta dar el 100 % en cada prueba. Además, va a pescar, colabora en todo lo que puede y no se dedica a no hacer nada y a comentar su vida para cebar próximas exclusivas.
Fue Pelayo el que la puso en su sitio cuando la Campos se quejó de que las lentejas estaban duras. El mencionado le dijo «cuidado no te rompas un diente» y ella le dijo «no me hables así». Díaz ya estalló y les comentó a sus compañeros «no somos sus sirvientes, no le permito a nadie que me hable así, creo que está acostumbrada a tener servicio y está en la playa como si estuviera en una hamaca».
Es cierto que Pelayo pidió perdón por esos comentarios, pero Terelu decía que «me parece muy triste. Yo siempre he llevado el coco limpio a los demás. Soy igual de señorita que ellos, yo no sé pescar y me he comido un trocito enano de pescado. Podrían tener la honestidad que el día de la prueba siempre intento ponerme la mitad de comida que ellos porque tienen que hacerla y yo no».
Siguió amenazando al decir que «Dios sabe que me marcho, ha sido un placer, siento que creáis que soy una señora a la que se lo hacen todo porque yo he colaborado en todo lo que he podido y en todo lo que mi cuerpo me ha dado. Sé lo que es un reality pero yo no miento». Se refería al metro que recorrió ayer sobre dos cubos de madera antes de alegar que le temblaban las piernas y que no podía más.
Al comprobar la dirección que los que se juegan el físico en cada prueba iban a poder con ella, se decidió enviarla con Montoya, Manuel y Anita, los tres pardillos que van a soportar lo que le apetezca a esta señora hasta que la vuelvan a calar. La meta está clara: 50 000 a la semana hasta conseguir los 150 000, me vuelvo a España y ya sentadita en mi sofá pontifico sobre la dureza del concurso y bla, bla, bla. Habrá que ver si no se inventa algo nuevo para mañana.
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