En especial de La Noria sobre Paquirri, Jaime Peñafiel comentó que el matador de toros había pedido el divorcio una semana antes de su muerte en la plaza de Toros de Pozoblanco. Lo hizo en Logroño donde salió vivo de los ruedos por última vez.
La presencia de Rafa Mora, ex pretendiente de Tamara, elegido por la segoviana, aunque su relación fuera breve y tormentosa ha resultado todo menos tranquila. El valenciano, ahora tronista, ha levantado la polémica ya desde su primera entrada. Nada más llegar le ha plantado dos besos a Jorge Javier Vázquez, con los que ya le ha "comprado" para toda la charla.
Lo que parecía que iba a ser una entrevista íntima y bienintencionada a Mila Ximénez, ha finalizado por un recorrido a lo largo de su vida. Una existencia dura, llena de lujo, glamour, pero con drogas, alcohol y una profunda bajada a los infiernos. Hay que recordar que la semana pasada, Mila fue atacada por Pipi Estrada quien dijo que había vendido a su hija, Alba y esto desencadenó esta charla.
Kiko Matamoros acudió el sábado por la noche a La Noria para centrarse en su relación con Makoke, después de haber estado el viernes de la semana pasada en DEC, en su segunda intervención en un corto espacio de tiempo. Este repaso a las intervenciones televisivas de Kiko no tiene otro fin que mostrar que el famoso polemista se intenta enganchar de nuevo a la tele, o lo que es lo mismo al dinero fácil que trae el propio medio y la incidencia de salir en él.
El ex matador de toros y acusado por la mayoría de las mujeres de su vida de maltrato, aunque según él sin ninguna sentencia en firme, Jaime Ostos ha acudido a Sálvame Deluxe con una actitud muy negativa. Es decir, ha ido al programa a no contar nada y ha llevarse el dinero calentito. Probablemente, entrenado por su actual esposa la doctora Grajal ha entrado en el plató con una actitud muy zen como si se hubiera tomado un par de pastillas de Valium.
El viernes pasado veíamos muy desmejorado a Kiko Matamoros, enfrentándose a Coto Matamoros, por todo el recurrente tema del suicidio, que ese mismo día dejó de serlo. Sorprendía lo delgado que se había quedado Kiko, acostumbrados a ver un cuerpo machacado en el gimnasio. A la pregunta de qué le ocurría contestó evasivamente que con la crisis comía menos, pero que para nada Coto tenía que ver en su aspecto. Todas las miradas apuntaban a su crisis con Makoke tras más de diez años de unión.