Hace unos días os contábamos que el finalista de American Idol, Adam Lambert desvelaba su orientación sexual, un secreto nada guardado, en la portada de Rolling Stone. El chico se declaraba gay abiertamente y hablaba con orgullo de su condición.
La final de American Idol, el Operación Triunfo de EE.UU que emite la cadena Fox, no sólo enfrentó este pasado miércoles a dos cantantes de voz y estilo distintos. Ha suspuesto un enfrentamiento entre dos formas de ver la vida para un país tan conservador como Estados Unidos. Distintas visiones sociológicas e ideológicas dividen al país más poderoso del mundo y esto se hizo notar en uno de los concursos más populares de la televisión estadounidense.
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