Irene Rosales parece tener claro que ha tocado fondo. Nadie como ella sabe lo que supone dar la cara y soportar las mil y una de su marido y familia. Parece lógico que se quiebre teniendo en cuenta que en 2021 perdía a varios familiares y que su marido se empeñó en emprender una guerra contra su madre que terminó salpicándole.
Irene Rosales defendía ayer a Kiko Rivera en Viva la Vida tras conocerse el montaje de su falsa boda. Cada vez le cuesta más mantener el tipo. «El problema que tuvimos fue que nosotros nos íbamos a casar el mismo día de la boda pero se nos extraviaron unos papeles (...) Tuve que ir posponiendo la fecha porque mi padre estaba muy muy malo. En aquel momento se me olvidó por completo el tema de la boda porque yo estaba preocupada por mi padre y, además, para mi yo ya estaba casada».
Irene Rosales entraba ayer vía telefónica en Sálvame para aclarar que su relación con Kiko Rivera va viento en popa a pesar de los rumores. No nos cansaremos de decir que es una gran señora y ayer volvió a demostrarlo. Comenzaba indicando que los testigos de los presuntos devaneos de Kiko Rivera en Matalascañas recibirán su correspondiente demanda.