Un verdadero infierno es lo que debe haber estado pasando el cantante George Michael en prisión. Y es que desde que fuera enviado a la cárcel, el pasado 14 de septiembre, para cumplir una pena de ocho semanas tras conducir bajo los efectos de las drogas, ha visto como su vida pegaba un vuelco de 180 grados. Dejando a un lado el brillante círculo de amistades o el glamour y elegancia que rodeaban al cantante, se ha visto acompañado por todo tipo de delincuentes, violadores, asesinos que, al parecer, le hacían la vida imposible al artista.
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