Elon Musk pagó un cuarto de millón de dólares para evitar ser denunciado por una de las asistentes de su viaje espacial. Al parecer, la azafata le dijo a su amiga que el multimillonario creador SpaceX y fundador de Tesla le pidió que fuera a su habitación durante un vuelo a finales de 2016 «para un masaje de cuerpo completo», dice la declaración.