Piensa Daniel Sancho que en Tailandia ocurre lo mismo que en España y que se puede cambiar de opinión ante el juez sin problemas. Pero no es así. Sirva como ejemplo el caso de Marta del Castillo del que tenemos decenas de versiones y todas falsas. Lo malo es que Daniel, ahora que ha comprobado que la pena de muerte es más que una probabilidad, ha apostado por dar marcha atrás.