Matamoros y Corredera volvían a coincidir en un plató para intentar paliar los efectos del feminismo de 4 a 8. El encuentro fue bastante descafeinado. Todo comenzó cuando Kiko se atrevió a decirle a la Rottenmeier más redicha que no había visto el documental de Rocío Carrasco, algo que, como ya sabrás, es obligatorio según la ley de la cadena propiedad de un señor que hacía fiesta con menores.
Si Rocío Carrasco criticaba a Ortega Cano por no asistir a la vista oral, Corredera ampliaba la información a pesar de las críticas recibidas. Se recuerda que esta última está casada con un cámara del Gran Hermano en el que se violó a una concursante borracha de la que ni ella, ni la cadena, han dicho absolutamente nada. El feminismo no va por barrios y tampoco ha de estar al servicio de la productora que te paga.
Y la abuela fuma. Carlota Corredera sigue sin darse cuenta de que con comentarios como el de ayer la gente dejará de ver Sálvame. Llevaban toda la semana masacrando a Julia Janeiro comentando que si no hace nada, que si ha vivido con un futbolista que no era nadie, que si ahora vive con otro y que si ahora se ha operado el pecho.
Carlota Corredera alardeó ayer de poder destrozar a Kiko Matamoros y de hacer piña para sacar el programa adelante. Sigue tropezando en la misma piedra. Y lo hace porque sigue sin entender que nadie le ha criticado por defender a Rocío Carrasco, sino por pensar que la única mujer maltratada del mundo es la antedicha.
Se acabó lo que se daba. Kiko Matamoros volvía ayer de vacaciones para comentar en voz alta lo que piensa toda España. La imposición del pensamiento único por parte de Carlota Corredera, el feminismo unipersonal, el despotismo y el acusar con el dedo a quien no comulgara con su opinión ha provocado que el personal prefiera una telenovela turca a ver el programa.
Carlota Corredera anuncia que la segunda temporada del documental de Rocío Carrasco se denominará En el nombre de Rocío. La antedicha disfrutó ayer como nunca al alabar a una Rocío Carrasco incontestable en lo referente a la información judicial presentada y respetable siempre a la hora de valorar su versión de los hechos.
Carlota Corredera sigue portando la bandera del feminismo en Mediaset tras presentar, desde el segundo programa, el documental de Rocío Carrasco. No vamos a comentar ninguna de las verdades, demostradas con documentos, de esta última, pero sí la curiosa actitud de una presentadora a la que le pagan por defender a Carrasco lo mismo que antes le pagaban por ser compañera de Antonio David.