Enrique San Francisco confiesa que estuvo enganchado a la heroína
, pero que durante ese periodo siguió trabajando. No obstante llegó un momento en el que no podía seguir así y comenta que decidió que lo mejor era morirse o dejarlo. "Tuve la suerte de no haberme pinchado en mi vida. Me enganché al caballo fumando chinos y metiéndomelo por la nariz, pero no sabía dónde me estaba metiendo", comenta en la publicación.