Supervivientes es líder en audiencia, pero ha perdido espectadores respecto a otras ediciones

Puede parecer un oxímoron, pero es la pura realidad. Esta edición no ha conquistado a los espectadores como lo hicieron otras. Se habló de Bárbara Rey, de Agustín Pantoja y de otros invitados de primera, pero nada, cartón del cero.

Kiko Matamoros es el mismo de Sálvame, Marta Peñate la de siempre y el resto no deja de estar por ahí haciendo lo que buenamente puede. Incluso quien comparte su vida con Enrique del Pozo ha demostrado tener una cara ante la cámara y otra bien distinta cuando cree que nadie le graba.

Está claro que si van a pasar calamidades es por la pasta, pero lo que no se entiende es que hayan apostado por elegir a demasiados personajes del universo de Mediaset para completar el cartel. No hay ninguna estrella, no hay destacados y todos se abonan a dejarse llevar mientras toman el sol o se bañan.

Las broncas de Marta llegan a aburrir, el tono de Matamoros también y lo de Anabel Pantoja es de juzgado de guardia. Que tenga el cinismo de decir que a Charo Vega se le conoce por ser examiga de su tía es de traca. Ni que a ella se le conociera por ser premio Nobel.

En definitiva, ya no se sabe si el personal se dedica a ver los paisajes, a confirmar la indudable profesionalidad de Lara Álvarez (junto a Sobera y Aramendi) o, directamente, a poner el programa mientras piensa en qué va a poner de comer al día siguiente. O esto cambia, o la llegada del buen tiempo dejará al programa sin espectadores.

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