Sálvame Lemon Tea, entre el mamarracho y el más de lo mismo
Lo que presuntamente iba a ser el revulsivo que necesitaba Sálvame para que la gente no viera la telenovela de Antena 3 se convirtió en un despropósito. Todo comenzó con un grupo tocando en directo en la azotea de Telecinco y cantando la canción de las oruguitas. Terelu y Patiño entraban el plató llorando y saludando a la pintura de Mila que hay entrando a la izquierda.
Se sentaron en una barra con un fondo que mezclaba las piruletas con las teteras y las tazas de los chinos. Mucho limón, mucha estética de colorines y la cámara dando bandazos de una a otra, los gráficos tapándole la cara a Patiño y luego la cámara al hombro para darle ritmo al programa por no decir marear al personal todavía más.
A Patiño se le olvidaba que es presentadora y no colaboradora, pero ella sigue atacando a Antonio David por si acaso. Terelu, y eso que tiene horas de vuelo, estaba descentrada y acusó bastante el no haber presentado durante tanto tiempo.
El preámbulo de Sálvame no dejó de ser un intento totalmente fallido que limita el trabajo del resto de compañeros a tres horas. Parecen no darse cuenta de que esto es ver una película de cuatro horas. Lo puedes intentar en varias etapas, pero al final, si es mala, te aburrirá igual.
El presunto lavado de cara del inicio del programa, el intento de recordar la filosofía de Aquí hay tomate y el estreno de un formato achicharrado fue un mamarracho que confirma que cuando el capitán ha abandonado el barco es posible que ya sepa que esto se va al fondo. Esperamos tus comentarios al respecto.
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