Los reventados alardean de su hipocresía para criticar a Olga Moreno
Los reventados no pueden ser más hipócritas. Se les olvida que son una pieza más del juego y que la audiencia es lo que les da de comer. Olga Moreno ganó Supervivientes, no valoramos si de forma justa o no, pero lo de acusarle de cómplice de la violencia de Antonio David y de otros delitos pasa de castaño oscuro.
Tampoco hay quien se crea la presunta dignidad de los que trabajan en la misma productora que organiza el programa en el que Olga hablará sobre lo que se ha dicho de ella. El neofascismo es lo que tiene, esta es la verdad y te la tienes que tragar con patatas sin posibilidad de conocer otra versión de los hechos.
De hecho, se está viendo con David Flores a cuyo padre se acusa de haberlo empujado al plató con un discurso aprendido. Se está viendo con Rocío Flores a la que no dejan de masacrar sistemáticamente porque su madre ha decidido contar lo que pasó.
Lo malo de lo unidireccional es que siempre hay un conductor suicida que lo rompe todo. Alguno de los colaboradores que se rasga las vestiduras tendrá que sentarse el miércoles en el programa y tendrá que comprobar qué le responde Olga.
Lo curioso es que no se le permita hacer un documental para que hable ella sola. Tampoco entendemos cómo se le acusa de sentarse por el dinero cuando, imaginamos, Rocío Carrasco ha cobrado por sus declaraciones.
Es la hipocresía en estado puro, los abrazos virtuales y el tragarse una rueda de molino que te impone tu productora. O eso, o a la calle todos porque la audiencia ha pedido que se deje de ver Sálvame. Así de sencillo.
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