La telerrealidad, más viva que nunca en nuestro país
Mucho ha llovido desde la llegada a nuestros televisores de Gran Hermano allá por el lejano año 2000. Con el nuevo milenio se iniciaba una verdadera revolución televisiva y nacía en España el concepto de telerrealidad o reality show. Una televisión que trataba de reflejar en la pantalla situaciones que, en principio, podrían darse en la calle. Aunque siempre bajo la sospecha de la teatralización y guionización. Para unos espectadores, los realities son telebasura. Para otros, una forma de entretenimiento divertida y fiel reflejo de la psicología humana. En una cosa sí que pueden ponerse de acuerdo tanto defensores como detractores: en el gran éxito que todavía cosecha este concepto televisivo que tantas noticias polémicas sigue generando hoy en día.
La receta del éxito de la telerrealidad en España
El éxito del concepto de reality show en España obedece a varios factores. Por una parte, la polémica es algo que siempre ha tenido tirón por estos lares. Por otra parte, el aspecto social tan marcado en nuestro país propicia que nos veamos a menudo y mantengamos muchas conversaciones, momentos idóneos para comentar estos programas. Y también está la cuestión de que cadenas como Telecinco han puesto toda la carne en el asador con este tipo de propuestas, algo que no ha sucedido en otros países de nuestro entorno. Son apenas tres ingredientes de los muchos que forman este cóctel del éxito. Este es el caldo de cultivo perfecto para el crecimiento de los realities a nivel nacional, ¿o no?
Cuando los realities van más allá de la televisión
En ocasiones, el éxito de un reality en concreto es tan grande que se desborda y llega a otros sectores del entretenimiento. Destaca el caso de Love Island, formato parecido a La isla de las tentaciones, pero solo con personas solteras. Tan popular ha llegado a ser Love Island que, a día de hoy, cuenta con varias aplicaciones en las principales tiendas de aplicaciones móviles. Incluso hay una tragaperras temática disponible en plataformas de casino online para disfrutar desde el móvil o desde el ordenador, con toda la esencia de este reality rompedor. El caso de Love Island recuerda al de la primera edición de Gran Hermano, que llegó a tener su propio videojuego oficial. Trae también a la memoria a Operación Triunfo, que combinaba convivencia y formación musical para terminar vendiéndonos discos de triunfitos que, demasiadas veces, caían en el olvido al poco tiempo de terminarse las emisiones televisivas.
Un formato que no siempre ha sido bien tratado por las productoras
En honor a la verdad, es innegable que algunos realities no han estado a la altura de las expectativas de los espectadores. El caso de La casa fuerte refleja esta realidad a la perfección. Desde la misma productora se decía que era un programa para rellenar la parrilla. Lo cierto es que declaraciones así lo único que hacen es darles munición a los detractores de este tipo de programas. ¿No se merece la audiencia un producto televisivo de calidad?
La telerrealidad llega a los modelos de suscripción
Uno de los aspectos que demuestra la salud de la telerrealidad hoy es el salto que ha dado a las plataformas de pago por visión. El gigante mediático Mediaset es, en parte, el gran responsable de este fenómeno, con la emisión de su reality Sola en su popular plataforma de pago Mitele Plus. Se trata de una propuesta, además, en constante evolución. En un inicio, un famoso se iba a vivir solo a un apartamento y los espectadores seguían su vida las 24 horas del día. Ahora, las polémicas están servidas, ya que los inquilinos son varios. Seguro que Sofía Suescun volvería encantada tras su partida más que precipitada.
En resumen, al margen de las preferencias personales, la telerrealidad está más viva que nunca en nuestro país y sigue cosechando grandes éxitos, incluso en las nuevas plataformas digitaless. Buena fe de ello da la demanda de buena parte de la audiencia que recibe con agrado las nuevas propuestas de telerrealidad de las productoras. A tal punto llega el éxito de algunos realities que su impacto se deja sentir más allá de los platós de televisión y se convierten en verdaderos fenómenos lúdicos y económicos en sectores diversos del entretenimiento. Por todo ello, parece que la telerrealidad se quedará todavía largo tiempo con nosotros.
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