El príncipe Harry no soporta a su madrastra Camilla Parker
El príncipe Harry tiene claro, según publique el Telegraph, que Camilla no se va a meter en su relación con su padre Carlos III.
Wyatt, crítico de los Royals, firmaba la siguiente columna. «Las hostilidades estallaron la semana pasada entre el príncipe Harry y la reina Camilla. O mejor dicho, el duque de Sussex que aparentemente lanzó una andanada no provocada en dirección a la mujer de 75 años. En una ironía que sin duda se le escapará a esta autoproclamada feminista, según comentan, Harry prefirió no estar en la misma habitación con su madrastra cuando habló con el Rey sobre su diagnóstico de cáncer».
«Aun se recuerdan los aullidos y lamentos cuando Meghan fue excluida de cualquier acto familiar. Pero el problema con Harry es que lucha como un cobarde, negándose a enfrentarse a un enemigo comparable, y en las raras ocasiones que se encuentra con uno, se refugia en cualquier parte. En resumen, no es el Príncipe Valiente. Harry, a pesar de su falsa postura californiana, es el típico anglosajón que se ha apegado a sus armas hereditarias. Es tan violentamente fanfarrón, y en este hecho reside la causa de la figura ridícula que comúnmente representa ante los ojos de los demás. Se jacta y fanfarronea tan incesantemente que si realmente tuviera las virtudes combinadas de Jesucristo, Aristóteles y El Cid, iría más allá de los hechos y parecería un simple Bombastes Furioso. Esto ha adquirido un carácter casi patológico y probablemente no sea más que un mecanismo protector erigido para ocultar un sentimiento ineludible de inferioridad».
«Aun así, no entiendo su continua cólera hacia la Reina. Quizás, después de haber despachado a su hermano y a su cuñada, se había quedado sin familiares a quienes insultar. Conozco a Camilla desde que tenía 18 años y ella es palpablemente incapaz de realizar las intrigas de las que Harry la acusa a menudo. Para lo que a veces ha sido su detrimento, es incapaz de realizar maquinaciones de ningún tipo. Con su limpia tradición como hija de la nobleza rural, su complexión que rechaza el maquillaje y los elementos, y su enfoque sincero y genuino, lo más cerca que ha estado de medrar ha sido en un tablero de Scrabble. Después de la muerte de Diana, y cuando era subdirector de The Spectator, a veces desayunaba con Mark Bolland, que era el subsecretario privado de Charles. Sin querer traicionar ninguna confidencia, tuve la clara impresión de que era Carlos quien deseaba casarse con Camilla, mientras que ella se contentaba con un acuerdo menos formal. Nunca se abordó el tema de que algún día ella se convirtiera en Reina. Hay algunas personas que carecen de ambición y esnobismo, y Camilla es una de ellas. Por lo tanto, no entiendo la bilis de Harry y no puedo simpatizar con ella».
«Como la mayoría de las formas de odio, parece estar basado en la envidia; envidia del hecho de que el matrimonio de su padre con Camilla es, como él mismo ha admitido públicamente en el pasado, “muy feliz”, y envidia, tal vez, del apoyo humorístico e invaluable que ella le brindará ahora. Harry parece tener un problema con la felicidad de otras personas y ha pasado el año pasado tratando de hacer miserables a sus parientes más cercanos. Sospecha de cualquiera que tenga una capacidad superior para pasarlo bien. Si Camilla fuera desgraciada en su matrimonio, sin duda él se apresuraría a abrazarla y asegurarle al público su amistad. Posiblemente exista otra explicación igualmente desagradable. Se me ocurre que la vida de servicio real de la Reina Consorte y su creciente popularidad en este país contrasta demasiado profundamente con la existencia de grotesca inutilidad de Harry en el extranjero. No me fío ni por un instante de sus continuas afirmaciones de que es una persona infinitamente más realizada y mucho mejor. ¿Podría ser tal vez que bajo su nueva y brillante piel, el Príncipe Harry siga siendo el bufón sexista de su juventud?». Duro el texto, ojalá hubiera tanta libertad para escribir así en cierto país de cuyo nombre no puedo acordarme.
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