Pepe Viyuela, un indignado más en «No estamos solos»
Pepe Viyuela se hizo famoso al salir en televisión peleándose con una silla pero luego ha demostrado que aquel mimo tenía la calidad actoral suficiente como para conquistarnos tanto en «Aida» como en el escenario de cualquier teatro. Ahora precisamente está de gira con la obra El baile pero el actor ha querido recordar que la situación de la cultura en nuestro país no es las más apropiada.
En un artículo publicado por la revista de la AISGE, denominado genéricamente «No estamos solos», Pepe reconoce que «tenemos alrededor de un 90 por ciento de paro, según los datos aportados por la Unión de Actores; hay una escasez alarmante de producciones cinematográficas y teatrales; se ha producido un incremento en los recortes de programación tanto en fechas como en presupuesto en los teatros públicos y redes nacionales de distribución; se está llevando a cabo un cierre alarmante de salas de cine; hay una caída brutal del número de espectadores, intensificada por el aumento escandaloso del IVA al 21 por ciento en el precio de las entradas».
«Resulta que quien acusa pertenece a un partido en el que la corrupción ya es un clamor: el partido de la trama Gürtel, del tesorero Bárcenas y los millones en Suiza, de los viajes a Eurodisney y los paseos en trineo por Finlandia, los Jaguar en la puerta, los sobres bajo cuerda, las amnistías fiscales a los poseedores de cuentas opacas en paraísos fiscales, la fetidez proveniente de los chanchullos valencianos; de los regalos de boda a hijas de presidentes, de las inundaciones de confeti en fiestas infantiles…».
«Como lo que sí tenemos es más visibilidad pública que otros colectivos, se nos ve mucho cuando nos quejamos, porque podemos aprovechar plataformas que otros no tienen tan a mano. Y este hecho, por lo visto, enerva e irrita a quien gobierna. Pero, ¿acaso no tenemos derecho? ¿Es patrimonio de alguien la posibilidad de expresar el descontento? ¿Por qué molesta tanto a quien se dice demócrata que quien opine no esté de acuerdo? No estamos conformes y no nos conformamos. Por eso protestamos y deberemos seguir haciéndolo hasta que las cosas cambien. Es importante dejar constancia del enfado, porque hacer patente el descontento es el primer paso para cambiar las situaciones. Es importante opinar porque se fortalece con ello el músculo democrático; un músculo que, como todos, si no se usa acaba por atrofiarse«. Esperamos vuestros comentarios al respecto.
Vía | AISGE
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