Mila Ximénez tiembla al pensar en las Campanadas
Mila Ximénez tiembla al pensar en la responsabilidad de dar las Campanadas en Telecinco y hace un repaso al año 2017 en su blog de la revista «Lecturas». La colaboradora se encuentra en Ámsterdam donde va a pasar unas cortas fiestas navideñas con su hija y sus nietos porque tiene que volver a Madrid para ensayar. «Lo cierto es que aún no me he dado cuenta de que empezaré el año en la Puerta del Sol, como protagonista junto a mis compañeros de una escena que veo desde niña, viviéndola como el gran ritual del año. Jamás pensé que algún día formaría parte activa de él. Jamás. Pero así será, y ya empiezo a sentir ciertos temblores ante la responsabilidad«, confiesa.
También hace un repaso a su 2017 con su propio estilo: «Ha sido un buen año en general. No puedo quejarme. La salud volvió a casa y proyectos trabajados durante mucho tiempo se están convirtiendo en una realidad exitosa. Así que todo va bien. Profesionalmente hemos tenido un poco de todo, aunque lo cierto es que ni los empalagosos y cada vez menos creíbles Preysler/Llosa, el sorprendente dúo musical Campos/Bigote, o el culebrón interminable de los Echevarría/Bustamante nos van a sellar la memoria de este año que agoniza».
Asimismo se acuerda de María Lapiedra en su texto y comenta: «María Lapiedra se ha convertido en el ariete que ha conseguido derrumbar el pacto de silencio de «las otras» y, de momento, está saliendo airosa». «Ahora se lleva abrir la puerta de los dormitorios y mostrar los restos del último encuentro con tu amante, y convertir a la legítima en un personaje desdibujado y lastimero», analiza.
Tampoco se puede resistir a comentar la nueva andadura de María Teresa Campos como intérprete musical junto a Edmundo. «Me cuesta. Por un lado, no me gusta verla dándole la mano continuamente a un Bigote que se autodeclara independiente y triunfador en su ámbito profesional. Creo que a ambos les perjudica. Pero también es cierto, y así lo dije, que no puedo evitar alegrarme por verla disfrutar de sus proyectos en común. O, al menos, eso parece. A cierta edad cualquier aventura es un regalo que hay que abrir».
Vía | Lecturas
Foto | Gtres
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