Mel Gibson no puede volver a Escocia en estado sobrio
Como el paraíso de los aficionados al alcohol o como el infierno para aquellos que intentan deshacerse de su adicción, así califica el actor australiano a Escocia y no duda en afirmar que no ha podido volver allí por un irrefrenable temor a no poder controlarse, ya que él mismo duda que pudiera mantenerse sobrio en tierras escocesas.
Pero, además de bromear con su adicción al alcohol que le ha supuesto tantos quebraderos de cabeza, con multas y retiradas de su permiso de conducir, amén de la fama que le está costando llevarla al punto álgido de los buenos momentos de su carrera, el actor también ha tenido tiempo para hacer unos chistes sobre la vestimenta típica escocesa. Al parecer, la falda a cuadros o ‘kilt’ le supone otra razón para no volver: «Eso de correr por ahí con un vestido…¡con el frío que hace!».
Aunque la ironía ha sido la base de sus declaraciones también ha tenido palabras para hablar sobre la autonomía de Escocia sobre el Reino Unido. Por sus declaraciones se puede deducir que, como el personaje que interpretaba en ‘Braveheart’, él ha sido, de algún modo, el artífice de todo este unánime sentimiento independentista y liberalizador. Dando a entender que, a raíz de la película, el pueblo escocés sintió la necesidad imperiosa de pedir su separación de la unidad británica.
Gibson tiene claro que los resultados del referéndum han sido afectados, directamente, por la película y, al mismo tiempo que se muestra sorprendido y agradecido por esa influencia, no duda en autoproclamarse, casi de una forma solapada, en el líder de un cambio importantísimo en la historia del pueblo escocés, «era muy consciente de lo que una pieza de arte podía hacer para cambiar las cosas». Una seguridad en sí mismo que más le valiera tenerla en otras facetas más escabrosas de su vida personal.
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