Mayte Zaldívar ve en Telecinco el segundo capítulo de Mi gitana
Si hay algo que no les gusta a los espectadores de televisión es que les tomen el pelo. Telecinco ayer volvió a hacerlo e intentó vendernos una serie de cuestiones que ahora pasamos a analizar pero que sólo vinieron a hundir más todavía la imagen de la cadena.
Empezó la noche con la presencia de Mayte Zaldívar que, como es lógico, se sentía indignada por tener que recordar esos momentos de su vida. Como a la Pantoja, que de momento no ha hablado pero lo hará ya que su contrato le obliga a ello, le pagan 2 millones de euros pues había que poner a uno de sus palmeros en el programa, en este caso el elegido fue Luis Rollán.
El citado ejerció tal y como lo hacían los palmeros de los tablaos flamencos antiguamente. Si la folclórica que sale ahora no me paga no aplaudo y si me paga o me cae bien pues me parto las manos aplaudiendo. Fue absolutamente intolerable que le espetara a Mayte «¿Por qué te indignas tanto con ella si Julián antes había sido infiel con otras?», la respuesta estaba clara por parte de Mayte «¿Puede ser porque arruinó mi vida y mi matrimonio?».
Con toda la expresión facial que le permite el botox el citado puso cara de incomprensión y fue entonces cuando llegó el homenaje al inmenso Tony Leblanc en su legendaria escena en la que representaba el timo de la estampita.
Un redactor del programa estaba en la puerta de la casa de Julián Muñoz en Jimena de la Frontera (Cádiz) y, qué curiosidad, a los 2 segundos de conectar con el plató se abre la puerta de la casa, sale Muñoz en un cuatro por cuatro de lujo, que para eso tiene dinero, y, como el que no quiere la cosa, se para y responde una serie de preguntas.
Tras volver a arrepentirse de lo sucedido, «Hice cosas muy mal hechas, y evidentemente esas cosas que hice mal me duelen todavía», comentó que era parte de su vida y que iba a ver el segundo capítulo de la serie sin ningún problema.
A las infames actuaciones de la semana pasada le han añadido una serie de escenas erótico festivas para intentar que el personal se trague la serie. Nos resultó curioso que la imagen del que nos sigue pareciendo todo un caballero, Diego Gómez, fuera la que todo el mundo piensa. La cantante presuntamente se habría aprovechado de su bonhomía y él, que bien podría haberse hecho millonario comentando lo sucedido, guarda un discreto silencio.
El resultado de la serie, a nivel artístico, sigue siendo tan pobre como en el primer episodio. Lo que verdaderamente importa aquí sigue siendo lo de siempre. ¿Dónde está el dinero que se llevaron de Marbella? Esperamos vuestros comentarios al respecto.
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