Maica y Ruvens casi llegan a las manos en la casa de Gran Hermano
Maica se ha cansado ya de que Ruvens le haya apartado de Óscar y ha estallado mostrando su carácter. Estuvo a punto de llegar a las manos con el concursante.
Decía Maica que «no soporto la autoridad que os creéis que tenéis los dos, comentando de todo y de todos como os da la gana, todo el día cuchicheando. Siempre es lo mismo contigo, Óscar». Esto provocó que Ruvens, que juega con la carta de la homofobia como le apetece, saltara al cuello, pero siempre sin darse cuenta de que lo habitual es que comente la vida de los demás, pero que nadie hable de la suya.
Además, ese tono que tiene de abuelo que lo sabe todo está comenzando a cansar al personal. Todo el mundo está falto de educación, de estilo o de saber estar menos él. Todos han de hacerle caso porque ha sufrido mucho, como si los demás vinieran de palacios o similares, y Maica ha calado ya este sujeto.
Los gritos, los aspavientos y los intentos de minimizar a Maica no le sirvieron de nada. De hecho, la cartagenera sabe muy bien que tiene el apoyo del público y que su actitud ha pasado de ser la de una niña preocupada por la limpieza a convertirse en la de una mujer que está cansada ya de que la vapuleen.
Ya veremos si esto se ve como un ataque, como un reproche o como qué, pero alguien debería de poner algo de orden en la casa para evitar que los arribistas de turno se carguen el concurso.
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