Kiko Matamoros y su sinceridad al hablar de las consecuencias del consumo de cocaína
Kiko Matamoros protagonizaba hace unos días el puente de las emociones en Supervivientes. Sorprendió a muchos por su sinceridad. No nos extrañaría nada que ganase el concurso en el que, como él reconoce, no hace nada, pero resulta imprescindible.
Decía el antedicho que la cocaína estuvo a punto de costarle un serio problema de salud tras décadas de consumo. Sirva su ejemplo para los que la siguen considerando una sustancia casi inocua.
«Tenía las mucosas casi necrosadas. La droga es posible que no mate tan violentamente como se dice, pero la droga mata y hace mucho daño. Estoy siguiendo un tratamiento aquí y empecé un tratamiento antes de venir. Ya ni ronco. He recuperado el tejido mucoso, que estaba absolutamente pálido. No me entra el aire por la nariz. He sido fumador de tres paquetes de tabaco diario durante 30 años».
No dudó en afirmar que «me puedo sentir decepcionado conmigo mismo. He tirado el dinero, otro me lo han quitado. Le podría haber dejado un patrimonio a mis hijos… Creo que he defraudado unas capacidades que tengo intelectuales o de otro tipo porque he elegido un tipo de vida más fácil, ser un monigote televisivo».
Confirmó su cambio de actitud al indicar que «sé que no me queda mucha vida, pero la vida que me queda sí sé con quién quiero vivirla y en qué circunstancias quiero vivirla. Quiero estar con mis hijos y con mi pareja, a la que adoro… Ojalá pudiera tener más descendencia y ser un mejor ejemplo como padre y como ser humano». Que así sea.
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