Kiko Jiménez y su actitud de vergüenza ajena en Sábado Deluxe

Kiko Jiménez demostró ayer que no tiene escrúpulos cuando se trata de sentarse a trincar hablando de los demás. Al fin y al cabo, no deja de ser un tipo con suerte de un precioso pueblo que terminó saltando a la fama por ligarse a la hijastra de Rocío Jurado.

Lo malo es que después de eso vinieron su rinoplastia, su pose constante, su chulería de barrio y su valor (que todo hay que reconocerlo). Y decimos valor porque nadie, en su sano juicio, se habría sentado frente a Matamoros, Mora y compañía a permitir que lo despedazaran. Lo malo es que hay que comer caliente a diario.

A Matamoros le reprochó que respondiera por su hijo cuando este acudía al programa (como dijo Kiko, cuando su hijo va él no lo hace) y que pagara Hacienda. A Rafa Mora le tildó de inventarse todo tipo de cuestiones. ¿Por qué atacaba a estos dos? Porque, como Jiménez indicó, sigue hablando de Antonio David y Gloria Camila para ir a cobrar a los programas.

Sí acertó al indicar que la madre de su novia da vergüenza ajena, alegó que «En ocasiones es muy graciosa, pero a veces deja de hacer gracia, hay una fina línea entre hacer gracia y dejar de hacerla. Por ejemplo, cuando empieza a hablar de que voy desnudo por casa o cuando se pone vulgar y se le ven sus partes… Hay situaciones que me dan vergüenza ajena».

Ya luego tiró de ametralladora para masacrar a Gloria Camila y a todo lo que se movía. Se le vio desesperado, descentrado y demasiado necesitado de conseguir atención mediática.

Vázquez, una vez más, apostó por tirar por el camino del alto voltaje preguntándole si era cierto que le gustaba que le metieran un dedo por salva sea la parte. Jiménez contestó que sí porque Sofía le daba «en la avellana» y le gustaba mucho.

Visto lo visto, lo lógico sería interesante que el ministerio de Educación pusiera una foto de Kiko Jiménez recordando aquella campaña que hiciera Loquillo en su día: «si no quieres terminar como él, ¡estudia!».

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