Julián Muñoz repasa sus errores en la última entrevista de su vida
Julián Muñoz confesaba ayer en ¡De viernes! que estaba concediendo su última entrevista. El repaso a sus errores fue ejemplarizante.
A sus 76 años, padece cáncer de pulmón y ya sabe que no le queda demasiado tiempo de vida. Con una entereza digna de mencionar confesaba que le da rabia «tener que irme en uno de los momentos más felices de mi vida. No sé cuánto tiempo me queda, pero sí que os aseguro que esta es mi última entrevista y os la he dado para agradeceros el cariño que siempre me habéis mostrado. Yo no soy médico, pero sabía antes de ir al doctor que lo que tenía era cáncer de pulmón porque he sido fumador durante 60 años. Lo pasé muy mal con la quimio porque yo tolero muy mal el dolor, tengo dos vértebras rotas, estoy mal de la próstata, tomo 20 pastillas diarias… pero soy feliz. En estos momentos, y desde que salí de la cárcel, puedo decir que soy completamente feliz».
Añadía emocionado que «en una situación tan límite como esta mía cuando te sientes querido te importa el mundo un carajo, el día que me caí estaba toda mi familia en bloque en el hospital, como una piña, podían haberme dejado allí solo después de la vida que les he dado, como si fuera un perro, pero no, se quedaron día tras día a los pies de mi cama. Os aseguro que ese es el mejor fin de la vida que me podía imaginar. ¿Qué tengo miedo a morirme? Claro que sí, me da miedo lo que hay después de esto, porque lo mismo es un camino de rosas pero lo mismo no hay nada».
Respecto a su relación con Isabel Pantoja reconocía que «fui un sinvergüenza, engañé a Mayte con Isabel hasta delante de nuestro nieto». Respecto a su boda con Maite Zaldívar se aclaraba que «la idea de casarnos la tomamos entre todos, incluido Fernando (pareja de Maite). Julián se puso a llorar y le preguntamos qué era lo que le pasaba, y él nos dijo que le daba mucha pena que no estuviéramos casados, ¿tú quieres que nos casemos y te quedas más tranquilo para ver de nuevo tu familia unida? pues venga, lo hacemos. Os puedo asegurar que el motivo por el que nos casamos no son 400 euros de pensión».
Aclaraba Julián que «Fernando para mí es una persona que merece todos mis respetos, cuando alguien está con alguien es porque quiere estar. Fernando es un hombre que a mí me trata con mucho respeto igual que yo a él, la gente que piense lo que quiera (…) Es tanta la felicidad que siento ahora, me siento tan querido, que me da muchísima rabia irme. Maite, te he querido mucho, no he dejado de quererte nunca, he perdido la olla, pero te sigo queriendo».
No vamos a valorar los delitos cometidos por Muñoz y tampoco a los políticos que criticaron que saliera de la cárcel cuando hay etarras paseándose tranquilamente por su pueblo o cuando la corrupción está haciendo estragos en el gobierno actual. Lo importante es que Julián esté en paz y que su ejemplo les sirva a los enfermos de cáncer para afrontar su enfermedad. Del resto, ya hablaron, y hablarán, los jueces.
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