José Antonio Avilés, el comodín de Telecinco para resucitar GH VIP 8
Por más que se critique la actitud de José Antonio Avilés, tan respetable como cualquier otra, pocos recuerdan ya cómo era el programa antes de su entrada.
Aquello era un balneario en el que había grupos diferenciados, pero sin mucho más que ofrecer. Esa sensación de excursión de fin de curso en la que se hacían grupitos para comenzar a expulsar a la gente de la casa desapareció con la entrada de Avilés.
¿Es el maestro liendre? Sí. ¿Resulta insoportable su intensidad? También, pero el personal no podía estar llevándose el dinero por la cara tirado en el sofá y Avilés sabe muy bien cómo poner patas arriba cualquier escenario. Evidentemente, esto provoca una reacción en el público e incluso que la gente vea el programa para ver cuándo echan al concursante, pero mientras tanto se ha conseguido el objetivo de ver cuál ha sido la última bronca, la nueva reacción de Avilés o a quién ha conseguido sacar de sus casillas.
Lleva así años y ha demostrado en cada programa por el que ha pasado que es especialista en esto. Al fin y al cabo, es como los malos de Disney, sin ellos no hay película. La diferencia puede ser abismal en el ejemplo anterior, pero por más que estemos deseando verle en su casa, su salida implicará una sustancia pérdida del premio final, broncas, escándalo y todo lo que se le exige a un formato caduco en el que van a tener que repescar a algunos concursantes para que la gente no muera de aburrimiento al ver el programa. Sea como sea, el agitador social de Avilés cumple con su trabajo y esto merece, como mínimo, un reconocimiento.
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