Jorge Javier Vázquez y su olvidadiza defensa de Pablo Iglesias

Jorge Javier Vázquez y su olvidadiza defensa de Pablo Iglesias

Escrito por: dlopez    22 julio 2022    2 minutos

Que Vázquez le tiene que agradecer a Sánchez los millones de euros de subvención trincados ha degenerado en una olvidadiza defensa de Pablo Iglesias.

Que Vázquez le tiene que agradecer a Sánchez los millones de euros de subvención trincados ha degenerado en una olvidadiza defensa de Pablo Iglesias.

Dice el rey de la telebasura, según se define, que «Lo sucedido con Pablo Iglesias y los audios de Villarejo es de una gravedad extrema, pero son demasiados los que se están poniendo de perfil con el tema. Ha quedado demostrado que el sistema tiene la posibilidad de ahogarte utilizando las peores artes si lo que pretendes es, precisamente, atajar la corrupción y optar por la senda de la mayor decencia política posible».

Es decir, se le olvida que la decencia no es subir el SMI y alegar, a las 24 horas que él y su mujer van a cobrar el triple de la cantidad pactada porque tienen necesidades que, por lo visto, no tenemos el resto de los españoles.

Prosigue su panfleto de comunista millonario y de mansión (¿alguna referencia a Cuba o similar?) indicando que «Lo que le han hecho es para volverse loco. Enfrentarse día tras día a noticias falsas con el fin de eliminarlo del tablero político. E Irene Montero, lo mismo». La mala memoria le impide recordar cómo Iglesias QUEMÓ una tarjeta de memoria que le comprometía y cómo la otra se gasta 22 000 millones de euros al año con una inflación del 10 % y con la luz y la gasolina por las nubes.

Concluye el socialisto indicando que «Según va pasando el tiempo, veo más necesaria la presencia de Podemos en política. A mí, que durante toda mi vida he pecado de ingenuo, me han enseñado que nuestra España necesita una revisión urgente para no ser un país gobernado por los cinco de siempre que impiden que sea más justo, más moderno y, sobre todo, menos corrupto. Por no hablar del cachondeo en el que se está convirtiendo cierta parte de la justicia, más atenta a servir a criterios partidistas que a dedicarse a hacer su trabajo de la manera más honesta posible. He escuchado pocos perdones públicos a Pablo Iglesias. Se le debe, incluso, como sociedad. Por si te sirve, aquí va el mío».

Pues como suele decirse, es muy bonito ser comunista en un país libre, pero no es nada fácil ser libre en un país comunista. Reírse de la justicia, meterse la lengua en el culo sobre la connivencia del que salió corriendo de la política con las alforjas llenas con el terrorismo o los múltiples viajes de Iglesias a ver a ciertos políticos sudamericanos también se olvida. Igual se está postulando para ministro o similar. Para llorar.

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