Jorge Javier Vázquez y sus ilógicas críticas a Tamara Falcó
Jorge Javier Vázquez decidía ayer pontificar contra Tamara Falcó sacando a pasear su misoginia y su falta de respeto por la libertad de expresión. Como buen socialisto, se dedicó a tildar a Tamara de «nociva» para la sociedad. El otro día habló con ella y le caía bien, ahora vuelve el sectarismo para dejar claro que el comunismo de mansión es lo que le va.
Al parecer, como buen dictador de la moral, Falcó no puede hablar de lo que le de le gana. Tachó de «ultra todo» la asociación a la que pertenece Tamara (ya decía Escohotado que el término ultraderecha se lo había inventado la izquierda para usarlo como un mantra) y criticó que ella contase cómo le había ido en su relación con Onieva.
«Me parece un exhibicionismo impúdico de sus emociones. Habla del lado oscuro de Iñigo Onieva, está consiguiendo que todos pensemos mal sobre él. Eso se llama abuso de poder». ¡Qué curioso! Media hora más tarde recibía a Marta Amaya en el plató para que contase cómo Amador se acostaba con ella.
«De lo de Tamara falcó necesito hablar con muchísima seriedad. Quiero hablar de este tema porque para mí ha sido muy trágico lo que ha sucedido este fin de semana con Tamara Falcó. Está jugando un juego muy peligroso. Me reafirmo en que si es tal como lo he leído, se está convirtiendo en un elemento muy nocivo para esta sociedad» indicaba.
Y es que Falcó comentaba que «Ahora estamos viviendo un momento muy complicado para la humanidad. Hay tantos tipos distintos de sexualidades. Hay tantos sitios distintos donde se puede ejercer el mal». Esto se entendió como homofobia encubierta. Dijo Churchill que los fascistas del mañana se llamarán a si mismos antifascistas, Vázquez respondía que «no tiene ni idea de lo que sucede en la sociedad con diversos temas. Me parece intolerable el discurso de Tamara. Me parece totalmente hipócrita que nos pretenda vender esa imagen de cristiana católica comprometida cuando su mundo es frívolo, pegado a las marcas y pegado al lujo, cosa que no es lo que dice la religión católica. Sus palabras son un rotundo no y no deberíamos ser tan comprensivos con ella porque sus palabras hacen muchísimo daño a la sociedad. Ha hecho un discurso del odio y ese tipo de discursos hay que cortarlos de raíz. Hay opiniones que no son respetables».
La frivolidad de las marcas también la padece él, lo malo es que ser pijo y de izquierdas es una bendición de Marx y ser cristiano es una deshonra. Luego se quejan porque Mediaset ha batido el récord de menor audiencia desde su fundación…
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