Jorge Javier Vázquez y sus consejos a Isabel Pantoja

Jorge Javier Vázquez y sus consejos a Isabel Pantoja

Escrito por: dlopez    12 octubre 2023    4 minutos

Tras haber durado 10 programas, Vázquez se lanza a aconsejar a Isabel Pantoja sobre la inminente boda de su hija.

Tras haber durado 10 programas, Vázquez se lanza a aconsejar a Isabel Pantoja sobre la inminente boda de su hija. Él será el padrino y la joven podría haber tenido algún romance antes de la boda según se comentaba ayer. El otrora cuentista chino vuelve a hacer todo lo posible para que el personal le siga odiando.

Isabel Pantoja

Tras comentar en su blog de Lecturas que acaba de probarse el smoking que llevará para el enlace, añade que «voy a tener un papel destacado, no voy a formar parte del decorado. Salgo pocas veces pero cuando lo hago, pues hija, que se note. La primera –y última vez– que llevé a una novia al altar fue a mi hermana Ana. Que tampoco fue a un altar porque se casó en el ayuntamiento de Barcelona y a mí me dio tanta vergüenza que a la pobre la hice ir al trote, casi al galope. No sé si me lo ha llegado a perdonar, ella que iba tan ufana con su precioso vestido».

Sin titubeos completa su exposición de la siguiente manera, «voy a obligar a tu hija a que ensayemos el caminito para que la jugada nos salga redonda. El amor por el ensayo lo he aprendido en el teatro. Porque la vida, tú y yo lo sabemos, querida Isabel, no es más que puro teatro». Llega el momento de los consejos a la cantante, ya que, como todos sabemos, él es experto en bodas y en éxitos.

«A mí se me hace raro estar hablando de casar a tu hija y saber que no te voy a ver ese día. Porque si voy yo, no vas tú y si vas tú, no voy yo, aunque según parece tú no pensabas ir de ninguna de las maneras, fuera o no fuese yo. Mira, yo ahí ya ni entro ni salgo. Como dijo tu hija en ‘Cuentos Chinos’, aquí no se trata de que una persona sea la buena y otra la mala. El maniqueísmo ya no se estila, eso es propio de mentes mediocres y escasamente preparadas. Yo solo puedo certificar que en el programa tu hija hizo auténticos equilibrios emocionales para que tu imagen no quedara dañada después de que tu asistencia a su boda quedara más que en el aire».

Continúa exponiendo que «Hubo una época, también, en la que nos llevábamos a matar. Y que libramos una guerra sin cuartel que, hora es ya de reconocerlo, nos mantenía muy vivos. Despiertos. Preparando estrategias y desarrollando ataques. La guerra nos hacía sentir jóvenes. Nos mantenía entretenidos y nos evitaba caer en la destructora rutina de la cotidianidad. Ahora somos dos almas erráticas heridas y vividas que recuerdan con una sonrisa, quizás con nostalgia también, batallas ya enterradas. Tú en tu casa y yo en la mía. Tú con tu hermano y yo con P., que es la persona que mejor me conoce. Entiendo la dependencia hacia tu hermano. Es muy cómodo vivir con la persona que te conoce en pijama y no te juzga. Encontrar a alguien con quien compartir tus desnudeces emocionales es uno de los secretos de la estabilidad».

«Yo creo que lo nuestro ya no tiene vuelta atrás, Isabel. O sí, qué se yo. Ahora bien: creo que todavía nos queda una última conversación pendiente, una última –o penúltima– traca final de risas y algún leve reproche. Ahí lo dejo. Lo que todavía tiene solución es la asistencia a la boda de tu hija. Ojalá vayas. Porque a lo mejor, dentro de unos días, o meses, o años, piensas que ojalá hubieras ido».

Sentencia con «Y quizás ese pensamiento te provoque dolor, tristeza, pena. Y hoy estás a tiempo de evitarlo. Te conozco un poco. Más de lo que tú te crees y menos de lo que yo pienso. Y estoy convencido de que esta situación te está provocando dolor. Y muchos lloros. Y por eso me gustaría poder charlar contigo: para romper ese muro de cristal que te impide tomar la decisión de ir. De levantarte, pegar un zapatazo, llamar a todo el ejército que compone tu equipo de estilismo y decirles: “A trabajar. ¿Acaso alguien se había creído que la Pantoja se iba a perder la boda de su hija?”. Ojalá suceda. Y si decides no ir, quiero que sepas que voy a hacer todo lo que esté en mi mano para que tu hija tenga un recuerdo imborrable del día de su boda. Pero que sepas también que si no vas te va a echar mucho de menos. Y yo, también». De ti depende que conozcamos tu opinión al respecto de semejantes declaraciones.

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