Joel Schumacher, director de cine, fallece a los 80 años
Joel Schumacher, uno de los directores de cine más taquilleros y polémicos, fallecía ayer a los 80 años. El neoyorquino comenzó su andadura en el cine en 1980, pero no fue hasta la década de los 90 cuando se hizo famoso gracias a su dominio de la cámara y a la aplicación de las técnicas habituales en videoclips para rodar largometrajes.
Títulos como Línea Mortal, Un día de furia o El cliente. No dudó tampoco en dirigir dos películas de la saga de Batman (Batman Forever y Batman & Robin). El resultado de estas películas fue bastante irregular en taquilla.
Posteriormente, se centró en títulos más específicos como 8mm. A medida que envejecía apostó por alejarse progresivamente de la actividad cinematográfica. En 2011 filmó Trespass, su última película hasta la fecha. En los distintos festivales de cine lo ha ganado todo y siempre fue respetado por la industria.
En taquilla consiguió 300 millones de dólares de beneficios. A lo largo de su vida se vio envuelto en todo tipo de polémicas al no ser un director al uso, más bien todo lo contrario. Por suerte para la industria, el cineasta jamás se vendió y siguió su camino sin mirar atrás.
Un cáncer que padecía desde hacía cierto tiempo se ha convertido en el punto final de su vida. Lamentablemente, no ha podido superarlo, pero ha dejado constancia de que es posible entender el séptimo arte de forma distinta. Progresivamente, se convirtió en ese artista perpetuo que supo mantener su estilo sin doblar la espalda ante las exigencias de Hollywood. Descanse en paz.
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