Joaquin Sabina, directo al número uno
Este es el comunicado que nos remite Sony Music sobre el último disco del maestro Sabina. Ayer, 25 de noviembre, Joaquín Sabina y su nuevo álbum Vinagre y rosas han entrado directamente al nº1 en la lista oficial de los más vendidos en España y está a punto de alcanzar el segundo Disco de Platino. En la primera semana de su publicación, Vinagre y rosas se ha encaramado a lo más alto del podio en un tiempo en el que coinciden grandes lanzamientos y apunta a convertirse en el álbum más importante de las navidades 2009.
Vinagre y rosas rompe cuatro de silencio, casi un lustro sin nuevas canciones de Joaquín Sabina, y su aparición es un acontecimiento en la música y la cultura españolas. Es un álbum en el que, como dice el poeta Luis García Montero, “Joaquín se ha abierto más que nunca, y sin embargo es también más Joaquín que nunca”. Justa definición para uno de los grandes trabajos de un artista que lleva almacenando en el disco duro de nuestra memoria un buen puñado de canciones imborrables desde que apareció su primer disco, allá en 1978.
Desde entonces han pasado 31 años, ha publicado 18 discos de los que ha vendido más de nueve millones de ejemplares y Joaquín Sabina sigue cuidando y puliendo las palabras. Tiene el gen, y las 14 canciones Vinagre y rosas lo confirman por decimonovena vez. Firmando al alimón con Benjamín Prado las letras de diez de ellas, una con Luis García Montero y otra con Violeta Parra (1917-1967), Joaquín Sabina vuelve a apoderarse de nuestro corazón y convertirlo en estribillo, como escribe García Montero.
Hoy, con 60 años a cuestas, Joaquín Sabina sigue desnudándose en sus canciones escéptico y utópico, real y fantástico, nunca complaciente. Como siempre, mete el dedo en la llaga y jamás sale seco. Las canciones de Joaquín son vida y tienen el callo que da la nostalgia, la decepción y la ilusión, mezcladas en proporciones diferentes en las canciones de un álbum inspirado, emocionante y despojado.
Tiramisú de limón es el primer single y una de las dos canciones del nuevo tándem Sabina-Pereza que aparecen en el disco. Un tema rotundo, con letra de Joaquín Sabina y Benjamín Prado y música de Leiva de Pereza. Leiva y Rubén (es decir, Pereza) asumen la producción y lo tocan casi todo: batería, bajo, guitarras… También hacen los coros, junto a Guti, Joan Manuel Serrat, Antonio Gª de Diego y Pancho Varona. Tiramisú de limón comienza acústico con cierto aire porteño a cargo del acordeón de César Pop para transformarse en uno de esos enérgicos rock en medio tiempo que Sabina siempre borda. Con un estribillo definitivo y un desarrollo clásico de libro, es una canción que une las chulerías de Sabina y Pereza, con vocación de convertirse una vértebra más de la columna imprescindible que sostiene su obra y pone la base agridulce que recorre todo el álbum.
Coincidiendo con la publicación de Vinagre y rosas, Joaquín Sabina ha comenzado una gira de presentación del álbum, cuyo primer concierto fue el 20 de noviembre en Salamanca. Las entradas para este concierto se agotaron en cinco días, lo que obligó a programar una segunda actuación el 21 de noviembre. Después la gira pasará por Vigo, Zaragoza, Valencia, Pamplona, San Sebastián, Bilbao, Roquetas de Mar (Almería), Córdoba, Madrid, Barcelona, Granada y Málaga, entre otras ciudades, con el cartel de “No hay entradas” colgado en prácticamente todos los conciertos. A partir del 20 de enero de 2010, Joaquín Sabina continuará la gira por Sudamérica.
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