Isa Pantoja detalla el drama que vivió en Cantora
Isa Pantoja se sentaba ayer en el plató de ¡De viernes! para detallar el drama que vivió en Cantora a manos de su madre. Descubre los detalles de la continuación de sus polémicas declaraciones.
Del famoso incidente de la manguera comentó entre sollozos que «Era diciembre, había lluvia y frío y estábamos en el campo. Fue mi hermano el que llamó a mi madre para contarle que este chico y yo hemos entrado en su casa sin su autorización. Yo recuerdo que entonces ella se vino hacia mí insultándome y diciéndome de todo y me acuerdo perfectamente de que todo empezó porque ese chico había entrado en casa de mi hermano sin autorización. Pero el cabreo de ella realmente era porque yo tenía un teléfono escondido, algo que yo negué aunque lo tenía guardado en unas botas de pelo y sabía que ahí no lo iban a encontrar (…) Mi madre empezó a zarandearme preguntándome que dónde estaba el teléfono y como yo no se lo daba le pidió a una amiga que estaba allí que le diera las tijeras de la cocina».
«Había más gente alrededor de la mesa pero yo pensaba que no iba a ser capaz de hacerlo, pero entonces la vi completamente fuera de sí y empecé a dar vueltas alrededor de la mesa (…) Me arrinconó, me cogió por la cara, yo no me dejé, empezamos las dos a forcejear pero yo lo que vi en ese momento es que puede pasar algo grave con esas tijeras. Estaban delante la amiga de mi madre, mi tío (Agustín) y más personas».
«Al final decidí parar para que no pasara nada grave y fue cuando me cortó el pelo, y cuando me lo cortó me dijo «te voy a devolver a Perú» y yo me fui corriendo para mi habitación y me encerré en el cuarto de baño, saqué el teléfono y hablé con dos amigos muy importantes para mí en ese momento y les dije que creía que me iban a pegar, les pedí que por favor al día siguiente vinieran a Cantora porque estaba sintiendo mucho miedo. Mi madre, como no conseguía que yo le diera el teléfono, me dijo que iba a llamar a mi hermano, y le debió llamar porque a los 50 minutos apareció allí mi hermano».
«Mi hermano empezó a zarandear la puerta y yo decido quitar el pestillo, mi hermano abre y directamente me da una bofetada. Yo no me intento suicidar en ningún momento, como él ha contado. Él se pone a buscar el teléfono por la habitación y yo bajo corriendo por las escaleras, entonces escucho unas voces raras que no reconozco y que eran de dos chicos que no estaban antes ahí. Me asomo al salón de los toros y veo a Manuel (el hijo de Raquel Bollo) y a otro amigo de mi hermano hablando con mi tío. Rápidamente abro la puerta de la casa y salgo al porche desesperada. Eso que dice Raquel de que yo le digo a mi madre que voy a hablar en la tele mal de ella es mentira, yo en ese momento lo que quiero es irme de allí porque quiero contarle a quien sea, al primer coche que pase, lo que me estaba pasando. Sentía miedo porque pensaba que si yo contaba eso nadie me iba a creer».
Lo más duro fue el siguiente episodio. «Me doy la vuelta y estaban allí mi madre y mi hermano. Mi hermano me dice que me quite la ropa y que ande. Mi hermano desenrolla la manguera y yo me quedo en sujetador y en bragas, el móvil lo dejo metido en la bota. En ese momento mi madre le dice «Kiko, yo no puedo ver esto» y mi hermano le dice «pues vete», y mi madre se echa las manos a la cabeza y se va, me deja allí sola. Entonces yo le grito «dijiste que siempre estarías cuidándome». Mi madre se fue, es cuando mi hermano empieza a regarme mientras me sigue preguntando que dónde está el teléfono. Yo ya ni le escuchaba, yo ya no sentía ni el agua ni el frío, yo me quería morir. Entonces me arrodillé y le supliqué que no me hiciera nada y empecé a pedir auxilio. De todos los que había en la casa el que sale es mi tío Agustín y le dice «estás loco, Francisco, apaga eso». Mi tío sacó una toalla y me cogió, me la puso por encima, entramos a la casa y fuimos a una chimenea que estaba encendida. Me sienta allí con él y me convence para que le dé el teléfono, se lo di porque ya me daba igual, yo solo quería que todo aquello acabase, él lo tiró a la chimenea. Entonces llegó mi madre y me subió a su cuarto para que me duchara con agua caliente, allí en el baño me vi la cara en el espejo, tenía marcas, no me reconocía, no era yo. Mi madre entró y me retocó el pelo sin hablar del tema, sin mencionar todo lo que acababa de pasar». Las declaraciones son durísimas y se espera que los implicados digan algo al respecto. De lo contrario, quedarán retratados para siempre.
Comentarios cerrados