La infanta Elena y su enfado con los fotógrafos
La infanta Elena siempre había sido una de las personas más accesibles para los fotógrafos hasta que se imputó a Iñaki Urdangarín. Desde entonces parece haberse convertido en un personaje que huye de los flashes y opta por intentar tener una vida alejada de la prensa rosa.
Según informa Paloma Barrientos para Vanitatis, la hija mayor del Rey protagonizó el día de su cumpleaños, el pasado 20 de diciembre, un sainete que ni los Álvarez Quintero.
Al parecer «el restaurante privado (no abierto al público) de Andrea Tumbarello en Madrid, donde una garganta profunda les había revelado que doña Elena acudiría esa noche. Y así fue. Llegó sola en un coche de gama baja y acompañada de sus escoltas. La sorpresa de los reporteros fue mayúscula cuando la infanta se bajó del vehículo y empezó a increparlos: “¡Me estáis agrediendo, me estáis agrediendo! ¡Fuera, fuera de aquí, que no os quiero ver!”. A continuación, los reporteros hicieron su trabajo y doña Elena entró en el privado con los nervios a flor de pie».
Tras ver lo que pasaba se dedicó a llamar a la prensa para destrozarles la exclusiva a los fotógrafos que habían estado allí. «En menos de media hora el grueso de los fotógrafos que antes esperaban a las puertas de su casa madrileña se trasladaron hasta el restaurante con el consiguiente revuelo y sin que nadie pusiera pegas a la salida de la fiesta para ser fotografiado, incluida la infanta, que hasta sonreía». Sed vosotros los que opinéis a este respecto.
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