‘HIJOS DE PAPÁ’: O el placer de ver sufrir a una panda de pijos (I)

Otro coach para la noche de los viernes de Cuatro. En esta ocasión podemos disfrutar viendo a ocho pijos adinerados e insoportables de mierda hasta las rodillas limpiando establos o trabajando en una gasolinera mientras se quejan por trabajar en algo «tercermundista». ¿Quién se atreve a salir en un vídeo de presentación con una tiara? ¿Acaso unas mechas y unas prendas llenas de etiquetas carísimas pueden esconder una cara de castor? ¿Entonces eres modelo pero no vas a los castings porque es muy cansado? ¿A una entrevista de trabajo le has llamado «casting»?

Reconocedlo. El hecho de ver sufrir a una panda de mamarrachos vestidos de Dolce & Gabbana es algo que nos pone y mucho. Cayetana, Christian, Eduardo, Gemma, Jessica, Macarena, Marc y Paula son las ocho joyas en cuestión. Algunos de ellos apodados «guapos» por cubrirse el rostro con billetes de quinientos euros, todos se presentaban presumiendo de las barbaridades que podían llegar a gastar en unas horas, el placer que les da ser un rejunte de botox y silicona o lo bonito de sus coches de muchos miles de euros los cuales no pueden conducir por no tener carnet.

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