Donald Trump podría complicarle la vida al príncipe Harry si gana las elecciones

Donald Trump podría complicarle la vida al príncipe Harry si gana las elecciones. Te contamos qué piensa el político al respecto. Según The Telegraph, la situación podría convertirse en una bastante complicada para Harry y Meghan.

En la campaña electoral del pasado fin de semana, las cosas parecieron cerrar el círculo con una advertencia terrible e inesperada para el duque de Sussex. El príncipe Harry estará «solo» durante su presidencia, advirtió Trump en la Conferencia de Acción Política Conservadora cerca de Washington DC. «Yo no lo protegería», dijo. «Traicionó a la Reina. Eso es imperdonable. Estaría solo si fuera por mí». Sobre el enfoque de los Biden hacia los Sussex, añadió: «Creo que han sido demasiado amables con él después de lo que ha hecho».

Trump podría cumplir sus amenazas: si es el futuro presidente, Trump, quisiera resultar una molestia para el duque y la duquesa de Sussex, no hay duda de que podría hacerlo. «Harry podría estar metido en una mierd* profunda», especula un periodista radicado en Estados Unidos. «Su vida podría volverse muy desagradable si Trump decide que quiere seguir adelante con esto». Un renombrado conferenciante estadounidense sobre historia constitucional de Estados Unidos está de acuerdo. «Los poderes del presidente son formidables», dice, y agrega que está «seguro de que Trump los utilizará», aunque no puede predecir la forma exacta en que lo hará.

Trump podría interferir con la visa de Harry: Trump ya ha dicho que no pagará por la protección de seguridad de los duques de Sussex. La pareja, a través de un representante, ha dicho que de todos modos no tenían intención de pedirle a Estados Unidos que pagara la factura. Se cree que técnicamente podría interferir en el proceso de visado. Danielle Vinson, profesora de política en la Universidad Furman en Carolina del Sur, dice que un presidente puede ordenar la revocación o denegación de una visa, aunque esto normalmente se hace «en el contexto de disputas diplomáticas más que de rencores personales».

Mientras tanto, Christi Hufford Jackson, jefa de la Práctica de Inmigración de Estados Unidos en la firma de abogados Laura Devine Immigration, dice que las historias del Príncipe Harry sobre el uso de drogas en Spare no alcanzan un nivel de admisión que podría afectar el estatus de su visa. «¿Podría Trump decir ‘Quiero que investigues su solicitud anterior?’ No creo que tenga motivos para hacerlo», afirma. «¿Pero podría un presidente presionar botones y presionar a una agencia gubernamental que depende de él para que lo vuelva a examinar? Podría ser».

El rey Carlos tendría que reunirse con Trump pase lo que pase: todo esto presenta un problema para la familia real. Después de todo, es deber del Rey dar la bienvenida a presidentes y primeros ministros extranjeros, y si el Ministerio de Asuntos Exteriores quiere invitar a un futuro presidente Trump al Reino Unido, Carlos tendrá que recibirlo amablemente.

Esto es lo que los medios de comunicación están desesperados: algunos argumentan que una disputa con Trump es lo último que quieren los Sussex. En teoría, el problema de alto perfil podría expulsarlos de Estados Unidos, ya sea a su amado Canadá o –para horror o deleite de quienes han seguido su historia– de regreso a Gran Bretaña. La combinación de un presidente beligerante y un padre sometido a tratamiento contra el cáncer en su país podría empujarlos a cambiar su mansión en Montecito por un retiro en el campo británico.

Ser visto como enemigo de Trump ayuda a la marca Sussex: más concretamente, una disputa con Donald no hará ningún daño a su creciente marca. “Amicus meus, inimicus inimici mei”, dijo una vez un sabio. O, para aquellos que, como el Príncipe Harry, prefieren fuentes como Brainyquote.com para inspirarse: «El enemigo de mi enemigo es mi amigo». En otras palabras, al encontrarse repentinamente en la línea de fuego pública de Donald Trump, los Sussex pueden ser abrazados por la izquierda liberal californiana como nunca antes. A medida que los Sussex construyen su marca en Estados Unidos, atraen a un electorado joven, diverso y de tendencia liberal. En California, ser la cara pública del movimiento anti-Trump podría finalmente darles a los Sussex lo que más necesitan: relevancia. Atentos estaremos a ver qué pasa.

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