Daniel Sancho, su defensa intenta evitar la pena capital

Daniel Sancho no las tiene todas consigo en el juicio y su defensa acaba de presentar un nuevo informe para confirmar que el asesinato no fue premeditado.

Los letrados tenían hasta el 25 de julio para presentar las últimas pruebas, ya que será el 29 de agosto cuando se conozca la sentencia. Ramón Chipirrás y Carmen Balfagón firman un documento de 31 páginas en el que se intenta demostrar que Daniel no compró las herramientas en la tienda antes de asesinar a Edwin Arrieta en Ko Pha Ngan, sino después y siempre tras darse cuenta de que el cirujano falleció de forma accidental al golpearse en la cabeza tras caer durante un forcejeo.

Es cierto que compró un kayak, una sierra y bolsas para meter los restos, pero no todos aparecían en las bolsas que compró, ya que también utilizó unas de otro color (nota del editor: no entendemos cómo exime este detalle a Daniel de su responsabilidad). Sí se aclara que Daniel nunca se ocultó durante su recorrido por la isla y que incluso utilizó su huella dactilar para registrarse en el hotel.

Por otra parte, el pasado de nueve de abril declaró la gerente de las villas indicando que todo lo que había en la habitación donde murió Arrieta lo tiró a la basura y que ella cambió el cuchillo que tiró por otro de otra habitación y de características similares. Sancho sigue diciendo que se peleó con Arrieta y que un forcejeó provocó que este se cayera y se golpease. Si se considera un homicidio doloso podría cumplir 20 años de condena. Si, como parece, se estima que lo tenía todo planeado, como podría confirmarse al no llamar de inmediato a una ambulancia y apostar por descuartizar el cadáver, es la pena capital lo que le espera. Continuará.

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