Cuentos Chinos solo convence al 9,4 % de la audiencia el día de su estreno
El estreno de Cuentos Chinos confirmó que si lo que se esperaba era malo, siempre hay espacio para hacerlo peor. El programa se quedó a 10 puntos de su rival. El plató es muy bonito y «muy rojo» como le gusta al presentador, lo malo es que el guion y el formato es un verdadero fracaso.
Un 9,4 % soportó el programa en su totalidad. Nadie entendió ni la carta a Pablo Motos, que fue bastante amable y hay que elogiarla, ni los palos a los que cerraron Sálvame, ni las críticas a Sandra Barneda y a su equipo de colaboradores.
Exceptuando a Susi Caramelo, que hace gracia por su impertinencia e idiocia, el resto de colaboradores no aportó absolutamente nada. Decía el nuevo encargado de la cadena que hay que mirar al pasado y atreverse a cambiar, pero respetando su esencia. Sin duda alguna así fue. Cuando la cadena era «Tetacinco» sí que pegaban preguntas como la hizo ayer Jing-Jing («¿Has visto demasiado tarde que llevabas una zurraspa en tu ropa interior?»), en pleno siglo XXI, y a un horario familiar, pues como que no.
Pero da lo mismo, en esa especie de freidora de aire que es el programa caben exconcursantes de realities riéndose de la gente de los pueblos pequeños (un clásico para fracasar), actrices antifascistas, exministras e invitados diversos. Y cabe todo porque el programa es como una especie de Titanic que sabe que va a naufragar con total seguridad. Si el primer día ni se acerca al programa de Motos, a ver si el formato llega al mes de octubre.
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