¿Cómo supieron los hijos del rey emérito que era infiel?
Pilar Eyre comenta cómo se enteraron las infantas y el actual rey de que su padre le era infiel a Doña Sofía.
Según escribe la periodista en Lecturas, la primera en sospechar fue Elena. Al parecer, «llamó a Felipe para preguntarle «Oye, ¿sabes quién es la princesa alemana Corinna no sé qué?». Felipe contestó: «Claro, es una señora muy importante con grandes contactos, le está echando una mano a Iñaki en sus negocios, Letizia dice que es muy inteligente, estuvimos hablando con ella en Barcelona en la entrega de los premios Laureus, de los que ella era organizadora. Es amiga de papá«. Elena suspiró ruidosamente, «¡es que el problema es ese, que no es la amiga de papá!». Pero Felipe se negaba a reconocer lo evidente e intentaba cuadrar lo imposible: «Quieres decir que es su asistente… ya sé que le ayuda en temas diplomáticos y financieros, es amiga de Putin también, han ido a cazar varias veces a Rusia y los reciben a todo tren y ya sabes que a papá todas esas cosas le encantan»».
Seguía Elena comentando lo siguiente « es que «Corinna, que ni es princesa ni nada, es la amante de papá, lo sabe todo el mundo, el otro día estuvieron ambos en la presidencia de una fundación vasca y ella recibía como si fuera la anfitriona… en los países árabes creen que es su segunda esposa y ha compartido avión incluso con mamá y tiene los mismos honores. Papá le ha puesto casa y escolta«. Felipe aún se resistía: «Pero eso son habladurías ¡todo te lo crees!». Pero su hermana continuó, implacable: «Cuando quiere ir a una tienda en Madrid avisan con antelación para que la cierren como hacen con mamá, su hijo llama papá a nuestro padre». Anonadado, Felipe colgó lentamente. Después, creyó que este gran secreto debía conocerlo su hermana Cristina. Y el pensamiento de los tres fue el mismo: «Pobre mamá, lo que ha tenido que aguantar, parece mentira»».
Indica Eyre que ya en 1976 fue Doña Sofía la que «aquel lejano día de enero de 1976 en el que su madre, llorando desconsoladamente, los metió en un avión para irse a la India. Felipe después dijo “lo he pasado muy mal, hacía mucho calor y muchos mosquitos”. La frialdad familiar que se instaló en el matrimonio a partir de ese día se contagió a los hijos, que vivieron su infancia sin demasiados afectos, Elena incluso necesitó ayuda profesional, pero al psicólogo la acompañaba Sabino, jefe de la Casa, y no su madre».
Pilar comenta que mientras la reina emérita se dedicaba a ser mejor profesional «por la vida –y la cama– de su marido iban pasando actrices y modelos, marquesas y cantantes, chicas anónimas y señoras famosas, Bárbaras, Quecas, Martas, Palomas, Rafaelas, Antonias, Mercedes, Pilares, Charos, Lolas… Sofía nunca compartió sus penas conyugales con sus hijos y así estos nunca imaginaron que estas señoras fueran algo más que “amigas de papá”. Cuando Letizia y Felipe se hicieron novios, como es natural ella le preguntó por las aventuras de su padre, y, según me dijeron, Felipe contestó: “Nosotros teóricamente no sabemos nada”. Y la riñó con cariño: “De esos temas nunca hablamos en casa”».
Habría sido Felipe el que le comentó a su padre «así te vas a cargar la corona que tanto te ha costado ganar y mantener». Sentencia Eyre el artículo subrayando que «en la actualidad los tres hermanos tienen en su poder la misma información que nosotros e incluso algunos nombres más que nos sorprenderían. Son adultos y tales cuestiones no hacen mella en la relación con su padre, inexistente en el caso de Felipe, muy estrecha en el caso de las infantas, que incluso se han hecho amigas de Marta, que sigue formando parte de la vida del emérito. Ven con curiosidad los programas que hablan de estos amoríos, como el de Bárbara Rey del pasado lunes. Y no son los únicos. Al parecer el propio Juan Carlos suele preguntar en estos casos a sus amigos con un tono de voz que oscila entre la resignación y la añoranza: “Cuéntame, ¿qué ha dicho la parienta?”». Se espera que el gabinete legal de Juan Carlos responda a todo lo anterior en breve.
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