Carlota Corredera, entre el orgullo feminista y el olvido selectivo

Carlota Corredera, entre el orgullo feminista y el olvido selectivo

Escrito por: dlopez    29 mayo 2021    2 minutos

Carlota Corredera sigue portando la bandera del feminismo en Mediaset tras presentar, desde el segundo programa, el documental de Rocío Carrasco.

Carlota Corredera sigue portando la bandera del feminismo en Mediaset tras presentar, desde el segundo programa, el documental de Rocío Carrasco. No vamos a comentar ninguna de las verdades, demostradas con documentos, de esta última, pero sí la curiosa actitud de una presentadora a la que le pagan por defender a Carrasco lo mismo que antes le pagaban por ser compañera de Antonio David.

Ser feminista no debe tener que ver con las órdenes de una cadena propiedad de un señor que hacía fiestas con menores y con decenas de chicas. Más bien, es una forma de pedir la merecida igualdad entre los sexos. A ello ha de contribuir también la hemeroteca y el dejar de ponerse de rodillas ante sujetos como Jorge Javier Vázquez.

Y decimos esto porque este último ha llamado «tía guarra» a Aramís Fuster, ha llamado «hija de put*» a Aida Nízar y ha cogido del brazo a Olvido Hormigos reteniéndola contra su voluntad y expulsándola del plató. Además, con puñaladas dichas entre dientes como «Rocío Flores le quiere quitar el programa a Ana Rosa» sigue justificando una actitud que Corredera, hasta la fecha, no ha criticado jamás.

Igualmente, las verdades de Carrasco son tan contundentes que no necesitan mayor defensa que la de ver el documental. Masacrar a Rocío Flores o a Olga Moreno, que también está cobrando de la cadena del feminismo, no deja de ser desvestir a un santo para vestir a otro.

Exactamente lo mismo sucede con la actitud silenciosa de la cadena ante la violación de una concursante de Gran Hermano que fue grabada por el equipo de cámaras del que su marido formaba parte. ¿Alguien ha invitado a la concursante a dar su testimonio? Si lo de Rocío Flores es un escándalo, para ella, todo lo anterior también lo es. No se puede ser feminista a ratos.

Y dicho todo lo anterior, que vengan ahora los 12 meses, 12 causas y que se sigan pitorreando de todos los que no entran por su aro. Ya queda menos para desmontar el chiringuito.

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