La autopsia de Carrie Fisher revela que tomó cocaína, éxtasis, heroína y metadona
La autopsia de Carrie Fisher ha revelado que en el momento de su fallecimiento en su cuerpo se encontraron restos de cocaína, éxtasis, heroína y metadona. Esto es lo que indica un informe toxicológico de la oficina del forense de Los Ángeles. «La exposición a la cocaína tuvo lugar aproximadamente 72 horas antes de que la muestra fuera obtenida», comenta el informe que también revela que la actriz tuvo «una exposición remota a MDMA (éxtasis)». Además de drogas ilegales, Carrie estaba tomando Abilify, un fármaco antipsicótico; Lamictal, usado para la epilepsia y el trastorno bipolar, y Prozac, un antidepresivo, por prescripción médica.
La recordada princesa Leia sufría desorden bipolar y su adicción a las drogas era una historia, desgraciadamente, de muy largo recorrido. En el momento de su muerte, estaba tomando oxicodona, un analgésico, sin prescripción médica. Una tomografía computarizada mostró «artritis degenerativa y enfermedad degenerativa de disco, atrofia cerebral difusa y leve y una leve cardiomegalia con calcificación de las arterias coronarias en algunos puntos».
El viernes el informe del forense indicó que la principal causa de la muerte de Carrie fue la apnea del sueño y que la ingesta de drogas fue un hecho que contribuyó a la misma. Además explicó que las conclusiones se basan en los resultados de los informes toxicológicos y un examen externo del cuerpo de la intérprete.
El 22 de diciembre de 2016, Fisher sufrió un infarto de miocardio mientras viajaba desde Londres a Los Ángeles en avión. Una vez aterrizó fue trasladada al hospital más cercano donde falleció cinco días después.
Vía | E! Online
Fotos | Gtres / Lucasfilm/20th Century Fox/REX/Shutterstock
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