Armani triunfó en la Corrida Goyesca con Cayetano Rivera
Tenía verdadero interés en que llegara la corrida Goyesca de Ronda no por los toreros ni los toros, más bien por la expectación levantada en torno al traje de luces que Cayetano Rivera iba a lucir para tal evento en el ruedo.
Y aunque se había visto bocetos de modelo, no es lo mismo ver su obra en el cuerpo ‘escultural’ del torero. Con lo cual, se puede decir que sin hablar en términos taurinos, el diseñador Giorgio Armani triunfó en la tarde de toros con aires goyescos.
Cayetano se presentó en la puerta de cuadrillas enfundado en una capa española de color greige similar a un tono bronce opaco que llegaba hasta las pantorrillas del torero y estaba coronada por una esclavina que cubría los hombros del matador. Así, elegante y pausado, hizo el paseíllo en la histórica plaza rondeña, convertida por un momento en pasarela internacional de moda.
Por fin el secreto mejor guardado fue descubierto en la plaza. un traje de color gris y beige muy entallado en la cintura, con sutiles bordados y dibujos realizados con lentejuelas y pequeños cristales de Swarovski engarzados con un fino hilo de plata que crea vistosos arabescos sobre la tela y los entendidos han calificado de una verdadera obra de arte.
El resto lo componen unas medias blancas, un chaleco y una chaquetilla con amplias solapas y el cuello levantado. Pero la gracia del vestido se produjo en contacto con los rayos de sol. Se convirtió, entonces, en una llamarada de luz blanca al cobrar vida los cristales. Algo que hizo que la obra de Armani se coronara en todo su esplendor.
Independientemente de la lección de moda y pasarela que nos mostró Armani, Cayetano cumplió con su compromiso y salió a hombros para escuchar de cerca los piropos de sus admiradoras. «Qué bien te queda el traje de Armani, mi alma«, le gritaban.
Al final de la corrida, se había puesto el sol y los cristales de Swarovski se apagaron y el esplendor del Armani se torno de sangre y arena pero en esta ocasión se puede decir que el diseñador se llevó las dos orejas y el rabo.
Vía | El Pais