Anabel Pantoja, bonita ceremonia de boda y dantesca celebración

Anabel Pantoja y Omar Sánchez se casaban en La Graciosa en una ceremonia tan bonita como emotiva. La magia se rompió durante la celebración. Llamó poderosamente la atención que se justificase la ausencia de Bernardo Pantoja por no poder ir a la arena de la playa cuando la loma donde se celebró la ceremonia era de suelo duro y escarpado.

En lo que respecta a la ceremonia, fue bastante emotiva si bien no se entiende el uso de una mesita de noche a modo de altar o que la afinación de los cantantes estuviera en busca y captura. Nos quedamos, definitivamente, con los parlamentos de los intervinientes.

El traje de Anabel era espectacular y bastante más moderno de lo esperado. Estaba radiante. Omar también tuvo a bien elegir algo discreto y eficaz. En lo que respecta a los invitados sin comentarios. O para casarse, como Raquel Bollo, o para salir de fiesta por Ibiza (la tropa que manteó al novio).

Pero tanta delicadeza y amor terminaron saltando por los aires en el recorrido hacia el lugar del convite. Un equipo de seguridad tremebundo y bastante similar a los legendarios Ángeles del Infierno (a los moteros nos referimos) iba rodeando a la pareja no se sabe exactamente para qué ya que había hecho fotografías hasta el gato.

Y al llegar al convite, la pareja pasa al interior a hacerse unas fotos y el resto se pone a beber cerveza a morro, a fumar, a dejarse la mascarilla en el bolsillo y a sacar la bestia que llevaban dentro. Luego llegaron los bailecitos, los pelotazos y lo que tiene que llegar en una boda.

A los novios les deseamos, sinceramente, la máxima felicidad posible. Quizá Anabel haya creado tendencia con un banquete familiar y muy de los 80 en lugar de los clásicos de pitiminí que tanto se llevan ahora. ¿Qué piensas tú al respecto?

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