La Alta costura de Christian Lacroix en la bancarrota y luchando hasta el final
La casa Christian Lacroix se declaró en suspensión de pagos a finales de mayo. Y si no se presenta un comprador dispuesto a continuar su actividad, cerrará a fines de julio, y 112 de sus empleados serán despedidos. Pero el martes hizo el que podría ser su último desfile en la semana de Alta costura en París.
Sin embargo, Christian Lacroix ha realizado una colección excepcional con joyas y zapatos prestados, tejidos regalados, hilos ofrecidos por una amiga rica, costureras sin cobrar la última paga, en un local alquilado y apoyado por historiadores y museólogos de la Alta costura.
Las 24 modelos desfilaron con las reservas de telas de la casa y el apoyo del bordador Hurel y del creador de calzado Roger Vivier. Y todas las que desfilaron tan solo cobraron por ello 12. Los asistentes al desfile de alta costura de Christian Lacroix le manifestaron el martes su respaldo y la esperanza de que siga creando, pese al riesgo de cierre que corre su casa.
Puesto que declarada la bancarrota, Christian Lacroix, el modisto, decidió entablar su penúltima batalla: una última colección realizada a crédito, gracias a las amistades que decidieron no volver a presentar las facturas impagadas y aún se han prestado a ofrecer hilo, tejidos, joyas, para dar al gran modisto una oportunidad, avalada por las más altas instancias culturales del Estado… que han ofrecido a Lacroix el Musée des arts décoratifs para presentar sus nuevas creaciones, en busca de un financiero audaz.
El modisto calcula que relanzar la marca puede costar unos 50 millones de euros y espera que este desfile sirva para seducir a posibles inversores. «Hemos querido mostrar lo que sabemos hacer, lo que podemos hacer«, aseguró.
Fue una colección 100% Lacroix, de volúmenes, de encajes, en su mejor exuberancia chic. Y el traje de novia, con el que acostumbra a poner punto y final al desfile, lo hizo Vlada Roslyakova que lució un impresionante vestido de novia inspirado en la iconografía religiosa.
Junto a ella, Lacroix salió a recibir el caluroso y emotivo aplauso que le daban los 280 invitados que acudieron al Museo de las Artes Decorativa de París para ver este desfile, quizá, su último desfile.
Al final, una pancarta a medio camino entre el deseo y la esperanza decía: ‘Lacroix forever‘. Deseando que la firma signo de glamour y alta costura francesa, tenga un milagro.
Vía | ¡Hola!