La absurda prueba que la organización de Supervivientes obligó a los concursantes a llevar a cabo ha dado un triste resultado: dos hombros dislocados (Fabio y Albert) y una rotura de clavícula (Colate).
La boda de Belén Esteban se convirtió ayer en una especie de Sálvame que llegó a durar unas 10 horas con el intermedio de las noticias de Pepe Ribagorda. Y menos mal que el compañero salió en pantalla porque llevábamos desde las dos de la tarde observando un desfile de personajes que ni en el Circo Ruso del extinto Ángel Cristo.
Hoy se celebra una de las bodas del día. Belén Esteban sufrió ayer los reproches de Mila Ximénez y el descubrimiento de su birriosa exclusiva. Mila comentó, con razón, que «Ha tenido un gesto con Kiko que no me ha gustado. Yo habría esperado de Belén que le hubiera pedido a Kiko ser testigo de su boda. Kiko se ha partido la cara por Belén durante años, ha estado a punto de tener tres demandas de Toño».
Lindsay Lohan se ha pasado al mundo de la música. Tras su reciente fracaso, que incluía la anulación de su contrato con la MTV y el cierre de su discoteca en Mykonos, la actriz se ha repuesto y ha firmado un contrato con Casablanca Records, la discográfica de Tommy Mottola.
Supervivientes puso ayer en riesgo la vida de los concursantes con una prueba absurda a cambio de un bocadillo de calamares. Entendemos que la cadena privada puede hacer, según parece, lo que estime más oportuno en sus programas, pero destrozar la ley de prevención de riesgos laborales nos parece que debería ser estudiado por las autoridades pertinentes.